Fuente: Redacción TelevisiónCanaria/Redacción web |
Hara aseguró en la presentación de su cine documental que los documentales tiene que ser radicales para que atraigan al público.
En una rueda de prensa celebrada este domingo Hara manifestó que en un futuro buscará a los protagonistas de sus trabajos fuera de la frontera de Japón y añadió que la crisis nuclear desatada en la central japonesa de Fukushima no le provoca interés como para plantearse un documental.
El director japonés uno de los grandes documentalista en la historia del cine es también un gran incomprendido ya que, dijo, en Australia lo etiquetaron fuera de la sociedad; en Argentina, de ser un destructor; y en Japón, de un inadaptado.
El coordinador del ciclo dedicado a este realizador japonés, Luis Miranda, lo definió como un creador que ha sido capaz de llevar a los límites de lo filmable sus producciones a la vez que ha ido derribando los tabiques que existen entre el director tras la cámara y los personajes que retrata.
Los trabajos de Kazuo Hara destacan por su capacidad de provocación, donde las situaciones personales son llevadas al límite hasta el punto que superan la ficción. Por eso, el director se lamentó de que en la sociedad japonesa actual no encuentra personajes que le interesen: lo que ha soportado mis trabajos es la pasión pero hoy en Japón nadie quiere cambiar el mundo. No encuentro personajes enérgicos. Por eso, aseguró que se plantea buscar en el futuro protagonistas fuera de su país.
Sayonara CP (Goodbye CP) / Adiós parálisis cerebral (1972, Japón, 82'), está protagonizada por un poeta discapacitado y en ella el japonés “exhorta a mirar, de frente y de cerca, -y en el filme, también a escuchar- los cuerpos de los discapacitados, hasta el extremo de que el filme llegó a ser acusado de sadismo”, escribe Luis Miranda.
En Gokushiteki erosu: Renka 1974 / Extreme Private Eros: Love Song 1974 (1974, Japón, 98’), la protagonista es una feminista radical (además de su ex amante) y constituye, en opinión de Miranda, “uno de los filmes más inquietantes que hayan abordado, no sólo la complejidad de las relaciones amorosas, sino el ámbito de lo privado y la interacción entre sujeto que filma y sujeto filmado”. En la película, “hay incluso algo perverso en el pacto entre cineasta y “personaje”: ella le ataca, y él invade su intimidad, ocupada por nuevos amantes. Entre discusiones y reproches, ambos aceptan exponerse al dolor”.
Las otras dos películas que integran el ciclo son The Emperor’s Naked Army Marches On (martes 5, 18:00 h.) y A dedicated Life (miércoles 6, 17:30 h.) La primera (cuyo título original traducido del japonés sería “el ejército de Dios sigue su marcha”) “se opone al silencio institucionalizado, pero para ello”, sigue Miranda, “aprovecha los propios códigos del decoro que desea romper: los entrevistados apenas pueden rechazar al “invitado” ni callarlo taxativamente. El decoro les obliga a escuchar”. Su cuarta película, A dedicated Life, se centra en la figura de un ensayista de izquierdas, Inoue Mitsuharu, que inventa episodios ficticios sobre su vida para el documental.
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